Dijo que él como registrador de la propiedad hubiera ganado más, que no vino a la política para enriquecerse, que él era honrado. Era el mismo mantra que un día antes había inaugurado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que aseguró que tras "doce años trabajando con Mariano Rajoy" no había visto sombra alguna en su forma de proceder. La vicepresidenta ató su futuro al del presidente con aquellas palabras, algo lógico habida cuenta que Sáenz de Santamaría ha desarrollado toda su carrera política de la mano de Rajoy. Pero, tal y como una periodista de El Mundo le espetó a la vicepresidenta en la rueda de prensa, en otras ocasiones se han expresado "certezas personales" que han acabado siendo más que erróneas.
Con esos hilos, Rajoy ha cerrado su postura limitándose a decir que todo " es falso" para, apenas dos días después, matizar que "todo lo que se ha publicado es falso, salvo alguna cosa". De momento, es una matización. Queda por ver si en unos meses se convierte en la décima negación. Porque tras esta hay, al menos, otras nueve. La inocencia de Bárcenas
Luis Bárcenas, primero gerente y luego tesorero del PP, nunca fue expulsado del partido, tampoco fue dado de baja. Fue él quien en 2010, y ante la imputación meses antes por el caso Gürtel, solicitó su baja. En todo el tiempo que duró el caso, hasta 2011 cuando fue archivado, Rajoy le mostró su apoyo más o menos explícito o, cuanto menos, no dudó públicamente de su honorabilidad.
El IVA
Fue precisamente en aquella campaña cuando dijo la frase de que el Gobierno de Zapatero iba "a subir hasta el IVA de los chuches"
El rescate
La primera gran sombra que tuvo que conjurar Rajoy al llegar a la presidencia del Gobierno fue la del rescate. Una prima de riesgo disparada que llegó a ser un tercio mayor de la que se alcanzó en los últimos días del Gobierno de Zapatero y que motivó la primera comparecencia de Rajoy un sábado, justo antes de irse a Polonia a ver la Eurocopa, para negar el rescate y decir que sin reformas "hubieran intervenido el Reino de España". El paro
Si hay una promesa con corto plazo de caducidad es una que se basa en números. Posando ante una oficina de empleo, con rostro grave, Rajoy prometió solemnemente " Cuando gobierne bajará el paro". Tras un año en el Gobierno, los ERE por motivos económicos, los que protege la reforma laboral del Ejecutivo, se han duplicado, el paro está en 5.965.400 personas, según la EPA, con una tasa del 26,02% (cuando el último trimestre completo de Zapatero se cerró con 4.978.300 parados y una tasa del 21,52%) y el paro registrado marcaba este lunes un nuevo techo de 4.980.778 personas. Pensiones
En el único debate electoral que Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy celebraron en la campaña de las últimas elecciones generales, el ahora presidente del Gobierno fue tajante: "Yo no voy a congelar las pensiones a los pensionistas. Yo cumpliré la ley. No voy a engañar a los pensionistas"
Al poco de tomar posesión como nuevo presidente, no evitó que perdieran poder adquisitivo con la subida del IPC. Quizá le faltara tiempo para actuar, en apenas unos días. Un año después, ya con el equipo de gobierno rodado y margen de maniobra, las pensiones volvieron a bajar en lo que a poder adquisitivo se refiere porque, aunque se subieron, fue tan mínima la subida que perdieron 430 euros al año por la inflación. Y eso que meses atrás había dicho " yo creo que subiremos las pensiones". La sanidad y la educación "intocables"
A principios de noviembre de 2011, con la campaña electoral a punto de dar comienzo, Rajoy anunció solemnemente lo que pensaba hacer en materia de recortes en el Gobierno: " Le voy a meter tijera a todo, salvo a pensiones, sanidad y educación". Lo primero, visto el apartado anterior, no lo cumplió. Lo segundo, tampoco, y lo hizo sacrificando su promesa en el altar de la creación de empleo: " La educación y la sanidad se subvencionan creando empleo", dijo días después. Aún en campaña, y por tercera vez como en la Biblia, Rajoy negó: no iba a privatizar sanidad ni recortar en desempleo. La inocencia de Camps
Cuando Mariano Rajoy perdió las elecciones de 2008 y algunos dentro y fuera del partido empezaron a moverle la silla, sólo uno de sus grandes barones emergentes le apoyó, Francisco Camps, justamente frente a la otra figura rutilante de aquellos días, Esperanza Aguirre. En pago por aquel apoyo Rajoy decidió que el Congreso en el que acabaría volviendo a salir elegido se celebrara en Valencia. Pero también hizo suya la defensa numantina de la honorabilidad de Francisco Camps, ya por entonces salpicado por la trama Gürtel.
Pero no, nunca volvió a la primera línea política.
ETA y el 11M
El 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados islamistas que costaron la vida a 192 personas en Madrid, y semanas antes de que los autores supervivientes se inmolaran en un piso de Leganés, el entonces candidato por primera vez a la presidencia del Gobierno aseguró presentir que tras lo sucedido estaba ETA.
El Prestige
Una de las frases que ha acompañado a Rajoy en su carrera política fue la que pronunció ante una de las grandes crisis que precipitaron el desgaste del Ejecutivo de José María Aznar. El buque petrolero Prestige había empezado a partirse en alta mar frente a las costas gallegas y ni los responsables autonómicos ni el ministro del ramo reaccionaron con la diligencia que la situación requería.
Esa plastilina fueron unas 63.000 toneladas de fuel, si se tiene en cuenta que el buque cargaba con 77.000 y se pudo extraer o controlar unas 15.000 toneladas. El impacto ambiental a una zona natural, además del daño a la industria pesquera, son aún hoy día incalculables.