Investigadores de la Universidad de Cádiz han concluido una investigación con 30 años de desarrollo en la que se ha conseguido crear un catalizador capaz de prescindir de metales nobles y reducir su dependencia de las denominadas tierras raras. Se trata de un importante logro ya patentado que presenta una importante visión de futuro respecto a este elemento de amplia repercusión en el mundo del automóvil.
El uso de catalizadores en la industria de la automoción es imprescindible para cada nuevo vehículo fabricado. El uso de estos elementos para realizar reacciones de oxidación que disminuyan el impacto de los gases que emanan del motor de combustión interna se ha convertido en condición obligada, más aún en los últimos tiempos ante leyes cada vez más restrictivas que requieren un mayor rendimiento de estos y el uso de más de un sistema anticontaminación.
Adiós a la dependencia de metales nobles
Los catalizadores se han convertido en una importante fuente de robos por el contenido interior en metales preciosos
La problemática de estos sistemas viene dado con la necesidad de emplear metales nobles como el Platino, el Paladio o el Rodio para poder llevar a cabo las reacciones de oxidación en su interior. Además, la también necesaria presencia de lantánidos y tierras raras en su construcción han llevado a la industria a contar con una fuerte dependencia de los países productores de estos elementos como es el caso de China. Esta dependencia ha provocado un incremento descontrolado de los precios de estos elementos.
La investigación llevada a cabo por la Universidad de Cádiz ha conseguido eliminar la necesidad de emplear metales nobles y reducir ampliamente el uso de lantánidos para un mismo funcionamiento del sistema de reducción catalítica. Con este avance se consigue aumentar el rendimiento del catalizador, minimizar la dependencia de los países productores de tierras raras y mejorar el rango de uso.
La clave del éxito de esta investigación reside en que los investigadores han conseguido que un óxido se comporte químicamente en algunos aspectos como un metal, una particularidad que además aporta un gran valor de carácter científico para otras aplicaciones. Además, estos catalizadores permiten un margen de operación más amplio pudiendo funcionar a temperaturas bajas de entre 150 y 500ºC, lo cual presentaría una importante ventaja en el funcionamiento del catalizador durante el calentamiento del motor.