29 - EL ESTRES Y LA SALUD El padre ha pasado al hijo el folleto de un seminario sobre «El estrés y la salud» y le recomienda que asista. El hijo se muestra escéptico de «ese rollo del estrés» y nada animado a asistir.
Quierido hijo:
Voltaire dijo en el siglo XVIII: "El sentido común no es muy común ". Esto es especialmente cierto en lo que se refiere al cuidado que el hombre presta a su salud en los años jóvenes (y algunos tambien en los años no tan jóvenes). No hay nada de lo que la gente se despreocupe tanto como de su cuerpo. Abusan de él, lo agotan, lo machacan, y le dan una vida perra. Probablemente todo esto tiene su origen en el desconocimiento y falta de aprecio de lo complejo y delicado del montaje con que nos construyó Dios nuestro Señor.
Párate a pensar en algunas de las cosa más habituales que solemos hacer. En primer lugar, llenamos de alquitran nuestros pulmones y nuestro torrente sanguíneo a un ritmo muy regular, dos o tres veces por hora (con cada cigarrilo). Además, esperamos que nuestros pulmones se las entiendan con la contaminación industrial, los gases de escape de los coches y otros vapores derivados de la actividad humana. Luego nos cebamos con una enorme concentración de alimentos que dan la puntilla a nuestro aparato digestivo; un montón de patatas fritas, unas hamburguesas bien grasientas, y para redondear la fiesta, toneladas de azúcar en el postre. Puede que sepa bien, pero lamentablemente, al hacerlo con mucha frecuencia estamos pasando de vueltas el motor de nuestro cuerpo al utilizar ese tipo de carburante.
Despues de sobrecargar con grasa a nuestra anatomía, esperamos que nuestro sistema cardiovascular peche con ellos todos los santos días (sin resentirse para nada. ¡Faltaría más!). Luego, después de habernos puesto guapos de cigarrillos, patatas fritas y postres, nos sentimos merecedores de una propina por todos los sacrificios que hemos hecho durante el día, propina que cobra la forma de media docena de cervezas (y a veces la docena entera) o media botella de escocés para ponernos a tono para una noche relajada. Y poco antes de dar por terminado el día, porque -una vez más- bien nos lo hemos ganado, encendemos un puro curioso o nos permitimos dos o tres rayas de cocaina.
¿Piensas que esto es descabellado? ¿Qué esto no es lo que hace un tipo normal en un día normal? Puede que tengas razón, pero cualquiera de las cosas que he mencionado, sí resultan excesivas -el fumar, las comidas pesadas, el exceso de peso, la bebida, las drogas-, es suficiente por si sola para que cualquier organismo se pregunte por qué presenta su dueño esa malsana inclinación al suicidio. Y he observado que muchos de nosotros, por no decir todos, nos permitimos tres o cuatro de esos caprichos todos los días.
Se que eres excéptico respecto al «rollo del estrés», pero sé indulgente conmigo. porque voy a soltartelo. «Estrés» es la palabra con la que denominamos en el Siglo XX a algo que existe desde la creación del hombre. La gente suele pensar que el estrés es algo nuevo. ¡No me digas que el hombre de las cavernas no sufría estrés cuando tenía que matar a cachiporazos a aquellas bestias enormes, o que morirse de hambre, como lo han hecho millones y millones de seres humanos durante siglos, no produce estres. Sin embargo, quedo para el Siglo XX que los científicos descubrieran e investigaran el estrés como sintoma de enfermedad. Un canadiense, el Dr. Hans Selye, que fue quien acuño el término, fue un precursor dentro de este campo. A pesar de que la enfermedad de una persona pudiera dignosticarse que había sido causada por el estrés, el resaltó rápidamente que algo de estrés -de naturaleza positiva- resulta esencial para el normal funcionamiento del cuerpo y la mente, pero (y éste es un pero muy importante) el exceso de estrés de naturaleza negativa puede tener efectos perniciosos sobre la salud.
Si consideramos que el fumar, beber, comer sin tino, pesar más de lo debido, abusar del alcohol y las drogas, es algo normalmente aceptado por todos nosotros, la persona que busca el mejor de todos los regalos -una buena salud- no se enfrente a una tarea fácil. Hace falta una gran fuerza de voluntad para mantener una forma saludable de vidad, o para volver a ella, especialmente si varios de esos malos hábitos ya han hecho presa en nosotros.
Sería muy beneficioso que la gente conociera a temprana edad la siguiente historia. Una copmpañía de seguros que tenía la intención de reajustar las primas de los seguros de vida, realizó un estudio de una muestra considerable de personas de cien o más años de edad, tratando de determinar los factores fundamentales que habían contribuido a tan notable longevidad, Querían saber lo que estas personas habían hecho para llegar a edades tan avanzadas ¿Los resultados? Nada extraño. Se llegó a la determinación de un solo principio fundamental: moderación en todo ; en el trabajo, en las diversiones, en la comida y en la bebida. Resultó evidente que eran personas que no creían en el hábito de los excesos.
Me dirás que todo este sermón ha sido formidable pero que puede hacer la persona que ya es adicta a una vida de estrés. Hay algunas recetas. La mayoría puede despachártelas tu propio cerebro. Son cosas sencillas pero que no se enseñan ni en los colegios ni en los uníversídades, cosa que debería hacerse, creo yo.
Los psicólogos especialistas en estrés pueden abrir muchos cauces que sirvan de ayuda a las personas que quieren vencerlo. Las reglas básicas son fáciles de comprender y de aplicar, siempre que la persona en cuestión desee realmente dedicar unos pocos minutos cada día a la práctica de las más fundamentales.
Nuestro cerebro es uno de los órganos mas infrautilizados de todo el cuerpo. Al contrario que el hígado, el corazón, los pulmones y la boca, sometidos a un uso excesivo, el cerebro no se ve requerido a realizar algo que se aproxime a su capacidad real, exepto en algunos casos muy raros. Al poner en funcionamiento las células cerebrales, podemos desatar un poderoso caudal de energía, no solo aplicable a nuestros esfuerzos cotidianos, sino muy importante tambien para relajarnos y aliviar la tensión.
El objetivo básico es llegar a desarrollar un método en virtud del cual, y a voluntad uno pueda invocar las recervas del cerebro para que le ayuden a solventar sus problemas. A este fin, uno tiene que alcanzar antes alguna forma de relajación. Un estado relajado oneutro , permite, en primer lugar, que el cerebro elimine la barahúnda de problemas que ha estado atravesando durante días, semanas o años. En segundo lugar y una vez que el cerebro se ha «enfriado» lo suficiente, la relajación permite ir tratando los problemas de uno en uno . En otras palabras, es necesario dar un determinado grado de organización a la propia mente para poder alcanzar una serenidad que permita enfocar los problemas de manera adecuada.
La relajación (a veces definida como aquel nivel de satisfacción en el que mejor fluyen nuestros «humores») puede conseguirse mediante varios métodos de eficacia reconocida —meditación trascendental, biofeedback, relajación muscular, auto-hipnosis, por mencionar unos cuantos—. Un breve estudio de éstos es escencial para determinar cuál es e más indicado para cada uno y con cuál trabaja uno mas a gusto. Una vez que hayas descubierto cuál es el mejor método para situarte en un estado tranquilo y reflexivo, con el cerebro preparado y dispuesto a ayudar, serás capaz de valorar y resolver casi todos los problemas que te estén atormentando
Para aprender el mejor método de alcanzar la relajación es posible que se requiera inicialmente la ayuda de un profesional, pero dentro de unos límites. Todo esto se convierte muy pronto en una técnica muy sencilla. La fórmula para vencer el estrés es tan simple, que me pregunto por qué los educadores no hacen de esto una asignatura en todos los colegios, tal como sucede con el idioma hablado o escrito. Las ventas de alcohol, valium,. cocaína y otras drogas pronto empezarían a disminuir, y tendríamos una población muchísimo más sana.
Cada persona ha nacido con un espíritu individual y un derecho individual a elegir. A ti te corresponde decidir la forma en que deseas vivir tu vida. Tres son las opciones que tienes: puedes no hacer caso a tus problemas del estrés, puedes lamentarte de ellos, o puedes hacer algo respecto a ellos. Tienes libertad para decidir.
También eres libre para decidir por ti mismo el asunto de laresponsabilidad , otros componente intrínsico de la vida. Puedes optar por aceptar la responsabilidad o por desecharla. Una vez más, te corresponde a ti, es prerrgativa exclusivamente tuya el decidir. Sin embargo, puedo decirte, basándome en mi experiencia, que aquellos que aceptan la responsabilidad en la vida, cuentan con una prababilidad mucho mayor de pasar unos años felices en este planeta que aquellos que no lo hacen. Los partidarios del no, más que vivir la vida, van renqueando por ella
Todo esto puede parecerte muy complicado, como estoy seguro me hubiera parecido a mi hace treinta años. Pero tú también, hijo, te irás haciendo viejo y aprendiendo. Benjamín Disraeli, el famoso primer ministro británico, dijo en una ocasión: «La salud de un pueblo es realmente el fundamento del que dependen toda su felicidad y todos sus poderes como Estado». Otra forma de decirlo (la mía) es la siguiente: «La salud de una persona es el auténtico fundamento de la felicidad, y de ambas (salud y pesona) depende el que aplique todos sus talentos en beneficio de nuestra empresa.
Por todas las razones que anteceden, creo que sería aconsejable que asistieras al seminario sobre el estrés. Si prestas atención a lo que digan y actúas de acuerdo con ello, probablemente se ahorrará tu cuerpo veinte años de paliza, aproximadamente los mismos que yo perdí mientras vívi en una ignorancia total de estos asuntos. Ya lo dijo Menandro. 300 años a. C.: «La salud y el intelecto son las dos bendiciones de la Vida». Ahora me queda por ver si tienes una cantidad suficiente del segundo para tener buen cuidado de la primera
Hay un truco que he ideado, que encuentro eficaz y que me gusta comentar: determina los rasgos del carácter que más admiras en otras personas (no menos de cuatro y no más de ocho); adóptalos y no dejes de repasarlos todos los días; decide, a partir de esta lista, que clase de persona es la que más te apetece ser. En el caso de que dentro de tu lista aparezcan atributos tales como el buen humor, la paciencia, el plantar cara a cualquier reto, la confianza en ti mismo, la integridad, la amistad, la responsabilidad y la relajación, yo seré el primero en alegrarme, porque estas son las cualidades que más admiro en otras personas.
En resumen, mi recela para el estrés es la siguiente: pon tu cerebro en punto muerto mediante la relajación; deja que vaya resolviendo serenamente los problemas, uno a uno: y practica este método con regularidad. En los libros que he leído, la felicidad está vinculada a los logros. Si estás de acuerdo con esto, traía de dar los pasos que acabo de exponerte para alcanzarlo con la menor cantidad posible de estrés negativo.
Hay otra receta excelente que, aun siendo mi favorita, las circunstancias y la falta de tiempo no me permiten tomar más que en pequeñas dosis: la pesca y los grandes espacios abiertos. También esto hace maravillas en el cuerpo y en el alma. (He reservado algo te tiempo para nosotros después de que hayas terminado el seminario. Mientras tanto, ocuparé el tiempo libre en ponerme en forma en el gimnasio para estar seguro de que podré llevar a cuestas el motor. No dejes de hacer lo mismo para que tú puedas arrear con el bote.)
Dadme salud y tiempo, y haré que la pompa de los emperadores parezca ridicula.
Quisiera haber sido yo quien dijera eso. pero Ralph Waldo Emerson ganó por la mano.
Te quiere (ver con muy buena salud)Tu compañero de pesca