El hijo se encuentra con que sus compañeros de gremio le ofrecen la presidencia de la Asociación Patronal del sector. Con treinta y cinco años de edad, piensa que es demásiado joven para ocupar semejante puesto. El padre le ofrece algunos comentarios sobre las caracteristicas que ha de reunir la labor de un buen dirigente.
Querido hijo:
Acabo de enterarme de la propuesta que te han hecho para que ocupes la presidencia de nuestra Asociación Patronal. En hora buena. Es gran honor el que se te ha conferido a tu edad, y por parte de tan ilustres colegas. Esperaba verte dar saltos de júbilo ante tal oferta, pero parece ser otro el caso,
Tu preocupación por el hecho de que tienes poca edad para ese cargo es algo que requiere comentario detallado. El simple hecho de que los anteriores presidentes fueran mucho mayores que tú no significa que na vayas a ser un dirigente bueno y capaz. Entre tú y yo: algunos de tus predecesores no eran capaces de dirigir nada. Fueron nombrados única y exclusivamente porque tenían amigos dentro del sector, y éste perdió mucho terreno durante su mandato.
El hacerte cargo de este puesto representará una carga adicional de trabajo a la nada despreciable que ya tienes, puesto que de ninguna de las maneras puedes desentenderte de tu oficina. Pero ni esto ni tu preocupación por tu poca edad son cosas que me interesen: la experiencia que puedas cosechar al ejercer ese cargo, sí . Y de verdad, cuanto más seas, mejor realizarás tu tarea, porque la juventud juega ahora a tu favor. Ahora es cuando puedes aceptar ese trabajo adicional, cuando tienes de tu parte la salud, la energía y el deseo de triunfar.
Si aceptas la presidencia, recuerda que, por más que frecuentemente se diga que los dirigente nacen con una predisposición a dirigir (cosa que sucede con muchos de ellos), otros tantosaprenden a serlo, de la misma forma que aprende uno a ser contable, medico, abogado o jefe indio.
Lo primero que tiene que saber un buen dirigente es comunicarse con las personas. Tienes que tener, o adquirír , un modo de relacionarte con las peronas que les haga sentirse propensos a participar en tus esfuerzos. Y debes elegír personas enérgicas e innovadoras que puedan ofrecerte un buen aporte de ideas válidas y de métodos para llevarlas a la práctica, en conjunción con tus propias ideas. Esa es la primera piedra, sobre la que has de construir todo lo demás.
Una vez que hayas seleccionado un equipo ejecutivo de esta clase, es crucial que desarrolles entonces una sensibilidad especial hacia todos los problemás con que se enfrente tu grupo. El único medio de lograrlo es recopilar la totalidad de los problemás junto con algunas antecedentes de ellos, reunir a todas las personas afectadas durante un día o dos, y analizar entonces, conciensudamente, todos y cada uno de los asuntos, uno por uno. Saldrás de esa reunión con la cabeza como un bombo, rezumando ideas y estratejias por todos los poros de tu piel, pero deja que pasen unos cuantos días antes de ponerte a trabajar para establecer un orden de prioridades. Esta es la segunda piedra.
Sé decidido en el establecimiento de las priorídes, ya que un dirigente ha de atreverse a ir en vanguardia de sus colegas. Dirigir no es otra cosa. Al establecer los planes para el futuro, piensa en quiénes son las personas más adecuadas, de entre las que componen tu equipo, para encargarse de las diferentes areas. Esto entraña probablemente la formación de comités, y entraña también el peligro de fracasar miserablemente si no te andas con cuidado. Lo más importante al crear un comité es nombrar un presidente que trabaje . Hay muchos tipos danzando por ahí a los que les encantaría el título de presidente, pero que no servirían para nada a la causa común. Si puedes huye de ellos como de la peste al hacer los nombramientos iniciales. Si cometes una equivocación (como todo buen dirigente, dicho sea de paso), librate de ese individuo diplomaticamente. Si es que está muy ocupado en su empresa para poder atender adecuadamente su puesto dentro de la asociación, diselo así. Le estarás haciendo un favor, y con esta excusa podras desprendente de él facilmente, salvando las apariencías.
La experiencia es otra de las cualificaciones que has de buscar en los posibles integrantes de los comités; y, si tienes la suficiente suerte como para alistar a cuatro o cinco personas activas y conexperiencia , entonces, hijo, sí que no puedes fracasar en tu puesto ya que, si lo necesitaras, estas personas te ayudarían a salvar las peores tormentas. No obstante, y como soy un padre nada imparcial, me imagino que marcarás nuevas pautas como excelente dirigente, orador de sabias palabras (pero no demásiadas, por favor), e inmejorable realizador de cuantos actos haya que llevar a cabo.
Tendrás que enfrentarte a unos cuantos asuntos difíciles, y no pienses en que vas a poder pasar éste a fulano, el otro a mengano y el de más allá a zutano. Tú serás el que tendrá que trabajar con estos caballeros para conseguir que la pelota siga rodando. Antes de delegar funciones, lo justo es delimitar las fronteras de cada una de ellas. Y no debes eludir ninguna decisión difícil recurriendo al viejo truco de posársela a alguno de los presidentes de comité. Una vez que hayas adquirido esa «sensibilidad» que antes te mencioné hacia todos los problemás, y una comprensión profunda de cada una de las áreas más difíciles, todas las decisiones que se tomen deberán llevar el marchamo de tu criterio. A veces, esto te obligará a hacer oídos sordos a algunas de las oponiones de los demás, pero hasta ahora no ha habido dirigente digno de tal nombre que haya sido capaz de evitar tales situaciones incómodas.
Tendrás algunos fracasos de los que te costará recuperarte, pero con ellos tu experiencia crecerá más rapidamente. Habrá ocasiones en las que desearías ser de nuevo un aprendiz. Allí estarás tú, al fente de todo el maldito sector, con la pata metida hasta el corvejón. Molesto, ¿eh? Es un atolladero en el que muchos dirigentes se fraguan o se hunden, y todo depende de cómo se asuman tales fracaso. Para empezar, has de admitir tu equivocación. En segundo lugar, debes analiza, por qué la cometiste. Tercero, habrás de explicárselo a los miembros de la asociación. Y cuarto, tendrás que aceptar las culpas. No te escondas en un rincón, no te sientas excesivamente apesadumbrado (el buscar las compasión de los demás no es propio de un autentico dirigente), y por Dios bendito, no dejes que ello te impida continuar con tu tarea,
Cuando pongas en movimiento a tu equipo, todos te van a considera su conductor , y un buenconductor de hombres mueve con el ejemplo. Si eres tú el que deja de remar, aunque sólo sean durante cinco minutos, el resta seguirá tu ejemplo, y antes de que te des cuenta toda la estructura se vendra abajo minada por la apatía. Así que tienes que exígir un alto grado de perfección, unos planes serios y bien pensados, y el máximo esfuerzo a todas las personas afectadas, empezando por ti.
En todos los litigios hay dos partes, por lo que conviene tener abiertas las dos orejas y escuchar lo que ambas panes digan. Ninguno de nosotros es capaz de retener por completo todos los detalles de todos los asuntos, pero muchas ideas excelentes han sido enterradas antes de ver la luz, debido a los sordos oidos o las necias entendederas de un presidente. Uno de los peores vicios que puede tener un dirigente es el de prejuzgar los resultados. Sé firme, pero muy honrado con todas las propuestas. cuando tengas la certeza de posesión de todos los datos y sus implicaciones entonces es cuando debes tomar tu decisión. No la demores. Siéntate con calma, escucha con atención, y la mayoría de las decisiones irán cobrando forma es pontaneamente durante las diversas reuniones que celebres con los comités. Con los problemás espinosos, no hay sensación más satisfactoria que la de lanzarse al centro de la refriega y aguantar allí pateando como un loco hasta que se llegue a la decisión que tú quieras. El defender las propias conviccíones hasta ese extremo, aunque con flexibilidad para modificarlas en caso de que lo acónsejaran unas nuevas circunstancias, es un claro distintivo del buen dirigente.
Tendrás que dedicar mucho tiempo libre a esta causa, y considerando que esto va a afectar considerablemente a tu familia, te recomendaría que llevaras a tu mujer a cenar para explicarle el porqué. Al mismo tiempo, explícale el honor que te han hecho tus amigos, la experiencia que ganarás, y más que nada, la satisfacción personal que experimentarás al asumir un reto tan difícil, y salir victorioso de él. La vida no nos ofrece nada que valga la pena sin exigirnos antes un intenso esfuerzo.
Tu éxito como presidente se medirá en gran parte por aquello que, de lo que hayas puesto en marcha, pueda proseguir una vez que finalice tu mandato. En el caso de que tus colegas te elogien por tus esfuerzos, acepta sus elogios de buen grado, ya que el auténtico caracter de una persona lo revela muy frecuentemente la forma en que recibe los elogios,
Cuando vuelvas a dedicarte plenamente a nuestros negocios, habrás dejado atrás un montón de horas de trabajo en pro de todos los integrantes del sector —entre los que me incluyo— sin cobrar por ellas un solo céntimo. Recuérdame, cuando finalice tu mandato como Presidente de la Asociación, que cubra con un poco de bálsamo las magulladuras que te produzcan el tener que volver a la modesta subdirección general de nuestro grupo; un 20 por ciento de aumento en tu sueldo creo que será suficiente bálsamo. Todo lo que vas a ganar en experiencia, facilidad de comunicación, relaciones y conocimiento general de nuestro sector, puedes creerme que bien se merece este aumento.
AtentamenteUn agradecido miembro de tu Asociación Patronal