Hace un mes estuve en un hotel en Fuengirola. Estaba lleno de pensionistas. Se les veía felices como los de la foto.
Por la noche, en la pista de baile, realizaban toda clase de filigranas: pasodoble, salsa, rock… Se notaba que habían dado clases de baile.
Algunos tenían más de noventa años y se sabían hasta los pasos de la música country.
Hice mis cálculos: si una de esas personas se jubiló con unos 63 o 65 años y tiene más de 90, ha estado un tercio de su vida disfrutando de su merecido ocio. Pensión, descuentos en los transportes, medicinas gratuitas, hospitales, tratamientos… Pero técnicamente hablando, lo que han cotizado durante su vida laboral, no paga todos los gastos de su nueva vida. ¿Quién lo paga? Los que estamos trabajando ahora.
El sistema español de pensiones es así. Los que vienen detrás pagan las pensiones de los que ya se fueron del sistema. Pero ese equilibrio se rompió hace pocos meses. Hay solo dos personas en activo por cada pensionista. Se necesitan más de dos.
Los baby boomers
Hagamos cálculos. Si los baby boomers nos vamos a jubilar con 65, y si la tendencia es vivir más, ¿quién va a pagarnos los gastos? Demográficamente, seremos la mayor generación de ancianos de la historia de España, una fuerza impresionante. Y un gasto brutal.
Hoy ya hay 9 millones de pensionistas en España. Los presupuestos generales aprobados para este año les asignan 121.556 millones de euros para sus pensiones. Uno de cada tres euros. Cada año, esa cantidad crece, crece y crece. Hay cada vez más jubilados. Pero, claro, si cada vez hay menos gente joven, ¿quién va a pagar eso en el futuro?
Cambiar las reglas
Un comité de sabios ha dicho lo que todos sabíamos: no, no habrá dinero. Hay que cambiar las reglas. Es lo que está pasando en toda Europa.
Los políticos están modificando las fórmulas para calcular la cotización. Resultado: la pensión media bajará. Y habrá que trabajar más de 35 años para tener derecho a cobrar el 100% de la pensión. Resultado: nos jubilaremos con 67, 70, ¿75 años?
Las medicinas no serán tan gratuitas, no habrá descuentos en transportes, no habrá tantas ayudas a enfermos crónicos, el Imserso será menos generoso…
Es lo contrario de la idea del progreso. Las generaciones posteriores no vivirán mejor que las actuales. Al menos durante décadas.
La demografía
Muchos pensaran que es un problema de dinero. En realidad es un problema demográfico. Alejandro Macarrón lo llama "suicidio demográfico". Antes, las familias eran numerosas. Ahora, son minimalistas. La falta de natalidad hacer quebrar el sistema piramidal de pensiones.
Y aquí viene el verdadero problema: ¿bastaría con aumentar la demografía? ¿Fomentar la natalidad? Los niños no nacen apretando un botón.
Las parejas deben sentir ganas de tenerlos. Con un paro juvenil de 56%, ¿tendrán ganas?
Con la vivienda cara y los bancos que no dan créditos, ¿tendrán posibilidades de fundar un hogar?
Con los impuestos tan altos, ¿les sobrará algo?
Con los contratos temporales en boga, ¿sentirán que su futuro está asegurado?
Creo que los pensionistas seguirán yendo a pasar días de fiesta a hoteles o a cruceros. Pero quizá no serán tan felices como los de ahora.
@ojomagico